La Dama Garima
– El antecedente
De una básica muchacha de campo a… “DAMA Garima Ji“
¡De una simple chica de pueblo a… “Dama Garima JI”…!
(Críticas entusiastas por todas partes, ¡consíguelo AHORA!)
En este antecedente (ambientado antes de “La Sirvienta de la Dama Garima”) profundizamos en el pasado de Garima y cómo se convirtió en lo que es HOY.
La estudiante supera a su Maestra (¡Ama por así decirlo!) y mientras estudiamos cómo Dama Garima fue moldeada por las circunstancias en lo que es HOY, sería bueno recordar aplicar esos mismos “estándares” a las mujeres que conoces en la vida real también.
Con demasiada frecuencia, estamos listos para despreciar – ridiculizar – y JUZGAR (y esto también es cierto para los hombres), sin conocer realmente los antecedentes de la persona, o QUÉ hizo que se convirtieran en la forma en que son HOY.
Como dicen -a menos que hayas caminado una MILLA en los zapatos de un hombre (o una mujer) – ¡realmente no sabes lo que está pasando con él/ella!
Y volviendo al LIBRO en sí mismo – como descubre el engreído y a menudo borracho Gerente General de la fábrica que conoce – el cielo NO tiene una furia como la de una mujer despreciada.
Poner los cuernos, tortura de bolas, FEMDOM (¡bien y de verdad!) – una pizca de FINDOM (¡por supuesto!) – y humillación interracial como de costumbre – y mucho más. ¡Toma esto AHORA!
Extracto del libro
Pero Garima también aprendió que, si bien los hombres están ahí para ser utilizados, también pueden brindar MUCHO placer si se manejan de la manera correcta.
Tomemos el caso de un bailarín que conoció en un club, poco después de que comenzara a beber (un hábito que, según Paula, debe permitirse al menos algunas veces para aflojar el hielo que rodea a los hombres).
Por supuesto, Paula no sabía que a Garima le encantaría el sabor de la cerveza, ¡pero esa es otra historia!
El tipo la había estado observando mientras ella lo observaba a él, y ella estaba tratando de juzgar qué podía sacarle cuando hizo el primer movimiento.
Y pronto, estaban en la cama en su casa, el sexo maravilloso, mucho mejor que la primera vez con Miguel. Su polla no era tan grande, pero sabía cómo usarla, y ¡oh, esos labios suyos, ella lo recordaba!
Por supuesto, era una relación puramente sexual, ambas partes solo por el sexo, pero aun así se sentía bien, y ella correspondía de la misma manera, chupándolo, aprendiendo a dar una buena mamada – pero solo si ella quería.
No estaba interesada en una relación, una parte de ella había muerto por dentro después de que Miguel la dejara tan cruelmente, siendo reemplazada por un sadismo frío e insensible que crecía a pasos agigantados con cada conquista masculina.
También aprendió que controlar los impulsos sexuales de un hombre efectivamente hacía que el hombre se sometiera a ella de alguna manera, y usó este conocimiento con gran efecto, violando hábilmente las billeteras de los hombres que conoció.
Ya no era la Garima que luchaba por ir de un lado a otro en un autobús urbano, desafiando el calvario diario de que la manosearan extraños.
Este ya no era la misma Garima cuyos dedos estaban sin manicura, secos y agrietados.
Se fue la chica que se preguntaba cómo diablos Paula estaba sacando tanto provecho de su “relación” con Alejandro.
No – esta era una chica completamente diferente, inteligente, sexy, perfectamente arreglada y lista para usar sus artimañas en un hombre desprevenido en un abrir y cerrar de ojos.
Pero aunque valió la pena financieramente, Garima se estaba cansando de los numerosos hombres con los que tenía que pasar para lograr sus objetivos.
Y le repugnaba una parte esencial de su “trabajo”, que consistía en atrapar completamente al hombre por cualquier medio necesario, para luego controlarlo y violarlo económicamente (o usarlo temporalmente antes de desecharlo, según fuera el caso).
Con algunos hombres los estaba emborrachando. A algunos se trataba de darles bolas azules.
Y con otras, se trataba de apelar a sus egos, ser una chica “trofeo” para ellas, y así sucesivamente.
Y ella estaba cansada del juego.
Cómo desearía poder encontrar ese “pez gordo”, pensó. Ordéñarlo hasta que se seque por todo lo que vale, y terminé de jugar este juego durante unos años, al menos.
O si no, puedo ser mucho más exigente con los hombres que conozco, pensó. Un saldo bancario saludable me permite tomar mis propias decisiones, en lugar de que el atractivo del dinero dicte mi elección.
Tal vez encuentre un hombre al que realmente le guste ser dominado, eliminando así las partes desagradables de mi “trabajo”. Y sí, en realidad había hombres a los que les gustaba que los controlaran, para su sorpresa.
¡Como el joven expatriado turco que literalmente pagó su dinero por abofetearlo, degradarlo, masajearle los pies, llevarla a citas, etc.!
Pero esta era la primera vez que conocía a un hombre con dinero real, pensó. La mayoría hasta ahora le había proporcionado dinero para “gastos”, pero este es el primer hombre con dinero real.
Un Gerente General, pensó, mirándolo fijamente, el poder que ya parecía tener sobre él la complacía, envalentonándola aún más.
……………
“Estoy tan contento de que nos hayamos conocido”, decía, parloteando una y otra vez sobre lo solo que estaba, lo hermosa que era ella, yadda, nada, schnada.
Garima bostezó.
Hace un par de meses, todo esto me habría afectado, pensó.
Me habría enternecido de lo solo que estaba, dejaría que me usara, y luego se iría, para no ser visto nunca más.
Pero ahora, es al revés.
Y me gusta más así, pensó, quitándose los tacones altos debajo de la mesa.
“Me alegro de que nosotros también lo hayamos hecho, Prakash. ¿Más alcohol? ella canturreó, la voz tentadoramente sexy.
Cuanto más beba, más me deseará, pensó.
Estúpido bastardo, pensó. Había visto las miradas que le lanzaba a las piernas cuando ella entró, y se dio cuenta de que estaba tratando de no mirar sus pechos mientras hablaban.
Pidieron otra ronda de bebidas, Prakash en su cuarto whisky doble, Garima en su segundo Kingfisher.
Pero la diferencia era que mientras Prakash tomaba las bebidas como si no hubiera un mañana, Garima, sin que él lo supiera, simplemente estaba bebiendo la segunda cerveza.
Disfrutó el sabor de la cerveza, pero siempre tuvo cuidado de mantenerse dentro de sus límites, sabiendo que el alcohol era solo un trampolín hacia su objetivo real.
Ella conversó con él mientras estaban sentados allí, la mañana se convirtió en la tarde, asegurándose de que él viera sus muslos a intervalos regulares mientras ella se reclinaba y cepillaba su falda hacia atrás a intervalos regulares.
Los hombres son tan fáciles de controlar, pensó.
…. …..
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Garima Madam – La Precuela RESEÑA
Una tawaif era una cortesana que atendía a la nobleza del sur de Asia, particularmente durante la era del Imperio mogol. Estas cortesanas bailaron, cantaron, recitaron poesía y entretuvieron a sus pretendientes en mehfils. Al igual que la tradición de las geishas en Japón, su objetivo principal era entretener profesionalmente a sus invitados. Si bien el sexo a menudo era incidental, no estaba asegurado contractualmente. Las tawaif más populares o de clase alta a menudo elegían a los mejores pretendientes. Contribuyeron a la música, la danza, el teatro, el cine y la tradición literaria urdu.
El término devadasi describió originalmente una práctica religiosa hindú en la que las niñas se casaban y se dedicaban a una deidad (deva o devi). Estaban a cargo de cuidar el templo, realizar rituales que aprendieron y practicar Bharatanatyam y otras tradiciones clásicas de las artes indias. Este estatus les permitía disfrutar de un alto estatus social. La popularidad de las devadasis parece haber alcanzado su punto máximo alrededor de los siglos X y XI. Puede verse que el auge y la caída en el estado de devadasis es paralelo al auge y caída de los templos hindúes. Debido a la destrucción de los templos por los invasores islámicos, el estado de los templos cayó muy rápidamente en el norte de la India y lentamente en el sur de la India. A medida que los templos se empobrecieron y perdieron a sus reyes protectores, y en algunos casos fueron destruidos, las devadasis se vieron obligadas a vivir en la pobreza y la prostitución.
Durante el gobierno de la Compañía Británica de las Indias Orientales en la India a fines del siglo XVIII y principios del XIX, inicialmente era bastante común que los soldados británicos se involucraran en la prostitución interétnica en la India, donde visitaban con frecuencia a las bailarinas indias locales. A medida que las mujeres británicas comenzaron a llegar a la India británica en grandes cantidades a principios y mediados del siglo XIX, se hizo cada vez menos común que los soldados británicos visitaran a las prostitutas indias, y el mestizaje fue despreciado por completo después del siglo XIX después de los eventos de la rebelión india de 1857.
En este libro Mike nos muestra la vida de una mujer que decide sobrevivir, superando su destino.
Paula Banda Rendón
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